La familia del teniente Ojeda finalmente ha despejado sus dudas sobre la identidad del cuerpo hallado y que, según su testimonio, pertenece sin dudas al teniente. Pero todas las dudas surgen por culpa de un fiscal incapaz de acometer una investigación de forma seria, lanzando hipótesis descabelladas desde un primer momento, donde no cuadran ni las fechas, ni las causas del fallecimiento ni las motivaciones de los ejecutores, cuya identidad sigue siendo un misterio.
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