Cuando Diosdado quiso salir en defensa de Tarek William, algo lo detuvo. El silencio ante las supuestas amenazas que desde este programa se realizan, dan cuenta de que la procesión va por dentro y de que en efecto lo que estamos viendo en vivo y directo es la silenciosa guerra por el control de los espacios que quedaron vacíos con la caída de El Aisami.
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